#ElPerúQueQueremos

¿A qué edad me debo casar?

Publicado: 2014-03-15

Tengo 30 años pero ninguna perspectiva de contraer matrimonio todavía. Algo que para mi papá parece bastante preocupante, ya que en los últimos días no ha dejado de repetirme insistentemente: “Hijita, hijita de mi corazón, ¿cuándo te casas? ¿Por qué te cansas tan rápido de todos tus pretendientes?”, me dice siempre que me ve mi querido papito. 

Lo contradictorio del asunto es que, al menos en los últimos meses, nunca antes me había sentido tan radiantemente feliz manteniendo mi ‘status’ de soltera. No es que me las dé de feminista –no me malinterpreten por favor–, pero tampoco soy de esas mujeres que se ha resignado a sentirse derrotadas e incluso culpables por estar en sus treinta y todavía no tener ningún prospecto de hombre a quien llevar al altar. ¡De ningún modo! Por el contrario, después de haber besado a tantos sapos en mis dulces 20, yo también he decidido tomar el toro por las astas y no tener pareja hasta que no encuentre un hombre que esté a la altura de mis expectativas.

Yo sé que el enamoramiento es algo hermoso y tengo una envidia sana por aquellas parejas que hacen de ese sentimiento algo sostenible. Pero, al menos por mi parte, ya no quiero emparejarme con un individuo depresivo ni tampoco con un hombre MásterCard, de esos pues, que como sostiene mi hermana, te tratan de conquistar comprándote ropa, joyas y todo lujo que muchas otras féminas podrían soñar; pero detrás de esa fachada solo disfrazan la cobardía de no revelar a las mujeres sus temores, dudas y emociones. ¡Pobres hombres MásterCard! Tampoco quiero un típico limeño ‘cool’, esa sarta de machos que la verdad me resulta bastante ‘monse’ por su falta de vocabulario (creo que la única palabra que saben decir es ‘¡Ueona!’) y porque no sé quién les ha prohibido mostrar cualquier resquicio de caballerosidad frente al sexo opuesto. Así las cosas, no sé si en este país encontraré al hombre de mis sueños, ya que si bien no puedo evitar sentir una fuerte atracción por todos los chicos guapos, yo solo me enamoro de los hombres sensibles e intelectuales, algo que veo realmente escasea en la ciudad en la que vivo.

En una sociedad donde existe una fuerte tensión cucufata, constantemente escucho que a los varones de mi edad todavía sin pareja se les dice: “¡Oh, pero qué bien llevas tu soltería, sigue disfrutando que tienes para rato!” Todo lo contrario pasa con las mujeres en la misma situación. ¡Si hasta he escuchado que se las empieza a tildar como portadoras de algún tipo de desequilibrio emocional! No es justo.

Hace poco caí en cuenta que casi todas mis amigas del colegio ya estaban casadas y trayendo hijos al mundo. Yo me pregunto, ¿qué hice mal para no haber seguido el mismo camino que ellas? ¿Ser periodista? ¿Haber viajado mucho sola por el mundo? ¿O será que he vivido en Surquillo y eso asusta a los miraflorinos que suelo frecuentar? ¿Alguien me puede responder qué hice “mal”?

La verdad de todas las cosas es que no pienso lanzarme a la incertidumbre del matrimonio si no convivo con “esa persona” primero, y a estas alturas tampoco descarto el hecho de hacer familia por mi propia cuenta. Pero resulta que mis palabras suenan bastante desfachatadas y fuera de lugar para el imaginario limeño, cuando según el INEI, entre los años 2000 y 2010 los divorcios y separaciones se incrementaron 52% en el Perú frente a la década anterior. ¿Y cuál era el perfil de esos divorciados? Parejas cada vez más jóvenes que no superaban los 45 años. Asimismo, un reportaje publicado en mayo pasado por el diario El Comercio mostró al Perú como el segundo país de Latinoamérica –después de Colombia– con el porcentaje con más adultos que conviven. Pues yo también prefiero convivir por un tiempo prudente antes que vestirme de blanco y más tarde llevarme una muy ingrata sorpresa.

Hace poco mi mejor amiga me sugirió estar sola por un tiempo, antes de “volver a desilusionarte con un hombre que no te llega a los talones”. Entonces, ¿le creo a mi amiga del alma o acepto el discurso de mi papito en el cual percibo un fuerte halo de machismo? Yo creo que a él y a muchos otros señores les hace falta perder el miedo a las diferencias y aceptar que al menos una pequeña porción de mujeres en el Perú ya no se conforma con seguir los cánones preestablecidos y prefiere su soltería antes que entregar sus días a un hombre que más que dotarla de felicidad le resulta una carga. Espero convencer a mi papi algún día de ello, aunque dudo lo lograré, pues últimamente la única idea que se le ha metido en la cabeza es llevarme al altar y verme, como sea, dichosamente (o desgraciadamente) casada.

Texto originalmente publicado en #Radar 5 de Coherencia.pe el 3/06/2013.


Escrito por

ianamalaga

Tengo una colección tan grande de historias personales que ya solo me queda burlarme de mí misma.


Publicado en

El Club de la Manzana

Otro sitio más de Lamula.pe